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Ethos — Un Nuevo Umbral.

I. Origen

Vengo de un territorio que conoce la fragilidad.
Crecí entre costas donde la luz convive con la devastación,
y donde cada desastre dejaba un mapa emocional que nadie se atrevía a dibujar.
Ahí aprendí que el espacio es memoria, responsabilidad y destino.
De ahí nace mi vocación: de ver lo que se quiebra,
y de imaginar cómo podría sostenerse de nuevo.

II. Vocación

Mi trabajo responde a un llamado:
proteger, regenerar, ordenar, dignificar.
La sostenibilidad no es un concepto técnico;
es una forma de cuidado.
La resiliencia no es fortaleza;
es la capacidad de seguir siendo en un mundo cambiante.
Diseño para que la vida pueda permanecer.

III. Perspectiva del Mundo

Leo la realidad como un sistema de capas superpuestas:
lo material, lo humano, lo político, lo ambiental, lo simbólico.
No creo en soluciones lineales:
todo gesto arquitectónico es social;
toda decisión de diseño es ecológica;
toda obra es civilizatoria.
Pienso desde la simultaneidad,
desde la complejidad acompañada,
desde el tiempo largo y la responsabilidad intergeneracional.

IV. Forma de Pensar

No trabajo desde un solo campo.
Integro arquitectura, diseño industrial, ingeniería emergente, biomímesis, arte, narrativa, semiología y análisis sistémico.
Mi mente funciona como una red:
conecta lo técnico con lo sensible,
lo racional con lo simbólico,
lo estructural con lo humano.
No importa qué disciplina toque:
todas se vuelven lenguaje.

V. Forma de Hacer

Concibo la práctica como un acto ético.
Trabajo con rigor y claridad,
con procesos que ordenan,
con límites que protegen,
con colaboración que eleva.
Busco excelencia sin arrogancia,
servicio sin servidumbre,
autoridad sin violencia.
Me importa hacer bien lo que sostendrá la vida de alguien más.

VI. Estética y Sensibilidad

Veo el espacio como atmósfera,
como ritmo,
como respiración.
La belleza que me interesa es la que hospeda,
la que protege,
la que ordena lo vivo.
Mi mirada es artística porque el mundo necesita sensibilidad para entenderse,
y tectónica porque el mundo también necesita estructura para sostenerse.

VII. Horizonte

Trabajo para construir futuros lúcidos:
ciudades que cuiden,
sistemas que no colapsen,
alianzas que creen valor real,
territorios que recuerden su fuerza,
culturas que puedan regenerarse.
Aspiro a una práctica donde imaginación, ética y precisión sean inseparables.

VIII. El Umbral

Este ethos es una declaración y una invitación:
una forma de estar en el mundo
y una promesa de trabajo.
Aquí comienza un nuevo umbral.
Aquí comienza la obra que viene.

Ricardo Serrano Ayvar.

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